viernes, 20 de diciembre de 2013

Panamá: 24 años de impunidad/ Tuvimos una “pequeña Hiroshima” en Nuestramérica

Modaira Rubio.- Después de un año de “tensiones diplomáticas” entre EEUU y el gobierno de Panamá, presidido entonces por el General Manuel Noriega, la administración de George H.W Bush (padre) decidió, tomando como pretexto la lucha antidrogas y la supuesta complicidad del mandatario panameño con el tráfico de estupefacientes y el lavado de dinero, realizar la Operación Juste Cause (Causa Justa), que consistió en una de las invasiones más cruentas realizada en nuestro continente. La mañana del nefasto 20 de diciembre de 1989, el presidente Bush emitió una breve alocución en la que justificó la acción por cuatro razones:1)la protección de la vida de los ciudadanos de EEUU en Panamá, puesto que según él, Noriega había declarado la guerra a la nación norteamericana y era necesario defender a sus conciudadanos 2)la defensa de la democracia, pues también a su juicio, se anularon unas elecciones en las que resultó ganador el candidato de la oposición y se habían reportado numerosos casos de violaciones a los derechos humanos 3) la lucha contra las drogas y 4) proteger la integridad de los Tratados Torrijos-Carter, ya que según el congreso estadounidense Noriega ponía en peligro la neutralidad del canal de Panamá y por tanto EEUU debía intervenir militarmente para asegurar la zona. Poca horas más tarde, comenzó el terror. La arremetida militar fue implacable. Toda Panamá se convirtió en Objetivo de Guerra: escuelas, hospitales, zonas residenciales y en especial, las barriadas pobres fueron bombardeados sin clemencia. Veinticuatro años después, aún no es posible precisar la cantidad exacta de víctimas civiles, de desaparecidos, los daños materiales. En más de dos décadas, la Casa Blanca no se ha preocupado por investigar la verdad de los crímenes de guerra cometidos por el Pentágono en esta ofensiva. La incursión militar estadounidense se inició a la 1:00 am, hora local. En la primera etapa, participaron 27.684 soldados gringos, más de 300 aeronaves, incluyendo AC-130, un avión con armamento pesado de ataque a tierra; OA-37B aviones de observación, conocidos también como Dragones; aviones F-117A Stealth , que gracias a su precisión pueden situar las bombas a pocos centímetros de blanco, y fueron utilizados en la Guerra del Golfo, y AH-64, helicópteros Apache, diseñados para misiones de ataque contra carros de combate , asalto, escolta y caza-helicóptero, con capacidad operativa todo el tiempo (día-noche). Toda esta artillería fue desplegada contra 3.000 miembros de la Fuerza de Defensa de Panamá (PDF), antes Guardia Nacional. El primer asalto fue a las instalaciones del Aeropuerto de Punta Paitilla en Ciudad de Panamá y al aeródromo en Río Hato. El ataque contra la sede central de la PDF, conocida como La Comandancia, provocó incendios, que destruyeron la mayoría de los poblados adyacentes y en especial el barrio El Chorrillo, el más populoso y grande de la ciudad. Quedó totalmente arrasado. Soldados estadounidenses lo llamaron irónicamente Little Hiroshima. El pueblo lo recuerda como el barrio mártir. No pasaron muchas horas, cuando en una base militar gringa Guillermo Endara fue juramentado como nuevo presidente de Panamá. El objetivo estaba logrado. Sin embargo, las operaciones militares continuaron durante días, en un trabajo de “limpieza social” en contra de los llamados Batallones de la Dignidad, núcleos de organización popular creados por Noriega. Es necesario traer a la memoria un significativo dato, durante el Golpe de Estado de 2002 contra el presidente venezolano Hugo Chávez , la oposición comparó a los Círculos Bolivarianos con estos batallones. Informes del Pentágono dicen que solo se registró la muerte de 516 ciudadanos panameños durante la acción. Un memorando interno del ejército de EEUU señala que fueron 1.000. Una Comisión Independiente de Investigación sobre la invasión de EE.UU a Panamá estima el número de muertes entre 1.000 y 4.000. Investigadores independientes sostienen que la victimas mortales oscilan entre 3.000 y 4.000.Aún no hay una verdad oficial al respecto. Hoy, sectores progresistas panameños y latinoamericanos reclaman justicia. Organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos, asociaciones de víctimas y sobrevivientes piden que se diga la verdad sobre la invasión estadounidense a Panamá. Dirigentes del Frente Nacional por los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), convocan esta tarde en el Parque Porras un acto político cultural para rememorar la invasión y para que las nuevas generaciones no olviden cómo actúa el imperialismo contra los pueblos. Es necesario recordar, porque la gran prensa al servicio de la burguesía internacional siempre ha tratado de “disimular” la brutalidad, crueldad y salvajismo que EE.UU puso en práctica en esta “operación” donde se violaron de todas las manera posibles, todos los derechos humanos de miles de civiles panameños.
Foto1: Así quedó Hiroshima bombardeada con armas nucleares estadounidenses en 194 Foto 2: Así quedó Panamá bombardeada por EEUU en 1989

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