martes, 8 de mayo de 2007

OPTICA MUNDIAL/Por un 1º de Mayo optimista



Bien puede decirse que el internacionalismo es el rasgo distintivo de todo verdadero movimiento revolucionario en nuestro tiempo. La lucha de liberación de cualquier pueblo, en cualquier parte del mundo, de inmediato adquiere un carácter internacional. Así precisamente lo estamos constatando ahora los venezolanos con el desarrollo de nuestra actual revolución bolivariana.
Pues el enemigo fundamental de todo intento de cambio revolucionario en el mundo de hoy es el imperialismo, que también ha devenido, a través de un largo proceso de concentración del capital, en un fenómeno internacional.
Por todo esto, la celebración del Primero de Mayo se ha convertido en una clara manifestación de internacionalismo y, a la vez, en una fuerte demostración de voluntad antimperialista. No es casual, por cierto, el hecho de ser Estados Unidos uno de los raros países en todo el mundo donde esta ya tradicional jornada no es reconocida oficialmente ni tenida como día no laborable. Lo cual es muy significativo del espíritu reaccionario que predomina en la legislación de su cacareada democracia, pero que de todos modos no logra impedir que las masas trabajadoras en ciudades como Nueva York o Detroit realicen grandes desfiles públicos.
El proletariado mundial tampoco olvida que fue justamente en Chicago donde el día 1º de Mayo de 1886, para reprimir a unos obreros en huelga que celebraban un mitin, la policía al servicio de los patronos asesinó a un grupo de participantes y culpó a ocho de sus dirigentes, que luego fueron condenados por la “justicia” yanqui y ahorcados cuatro de ellos. En solidaridad internacional con los trabajadores de Estados Unidos, justamente, en París fue proclamada esa fecha a partir de 1890 como Día Internacional de los Trabajadores.
Es una tradición que acá en Venezuela fue recogida, por nuestra muy incipiente clase obrera, apenas se abrió –y no mucho- un ambiente de cierta libertad a raíz de la muerte del guachimán de las petroleras Juan Vicente Gómez.
Durante los años del post-gomecismo, los guachimanes de turno se esforzaron por complacer a la clase patronal impidiendo que nuestra clase obrera celebrara el Primero de Mayo. Apelaron a sentimientos de corte religioso, decretando el 19 de marzo como Día del Obrero por ser para los católicos el día de San José, y después hicieron lo mismo con el 24 de julio por ser el natalicio de Simón Bolívar. Pero finalmente, con el triunfo de la coalición antifascista mundial, pudo lograrse que ya en 1945 se decretara que para el año siguiente fuera oficialmente el Primero de Mayo día festivo.
Quiero ahora hacer constar que para estos datos me sirvo de mi propia memoria, de mis recuerdos juveniles, reforzados con la investigación de nuestro recordado camarada Hemmy Croes, en una magnifica obra suya titulada El movimiento obrero venezolano (Elementos para su Historia), Ediciones Movimiento Obrero, Caracas 1973, 314 págs.
Y para quienes no lo sepan o lo hayan podido olvidar, también hago mención de nuevo del hecho de que ese gran comunista venezolano fue asesinado en Caracas, en 1985, cuando era miembro del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela y secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV). Ciertamente un crimen con la marca de la CIA, que ha quedado en el misterio e impune.
Actualmente, los trabajadores venezolanos confrontan serios problemas gestados por la crisis del capitalismo a escala mundial. El desempleo, a mi juicio, es el mayor de todos, pues tiende a generar el elemento científicamente denominado lumpenproletariat. Ya en el Manifiesto del Partido Comunista, de 1848, Marx y Engels bien definieron esto.
De todos modos, estamos viviendo un proceso revolucionario, guiado no por el proletariado sino por la pequeña burguesía, y eso se expresa en la gran debilidad de nuestro movimiento sindical, al igual que en una tremenda amenaza de caer en el culto a la personalidad. Lo más importante, sin embargo, es tener confianza en nuestras propias fuerzas, y por eso para nosotros debe ser siempre el Primero de Mayo una demostración de legítimo optimismo revolucionario.

Jerónimo Carrera

(Publicado en el Semanario La Razón, Nº 642,
Caracas, domingo 29 de abril de 2007)

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